La manera de entender las relaciones amorosas está cambiando de una manera tan brutal y acelerada que hoy por hoy muchos sienten que se están quedando fuera. Cuando alguien nos cuenta que tiene una relación poliamorosa con una chica bisexual y un chico hetero, no podemos evitar el fruncir el ceño, más por confusión que por juicio. ¿Son posibles estas relaciones donde hay más de una persona involucrada? Si resulta ya muy complicado mantener un equilibrio entre dos personas que comparten su vida, ¿no será casi imposible el sostener una relación a tres o más bandas? Estos nuevos estilos de relaciones se están volviendo muy populares porque ofrecen una alternativa a la relación de pareja tradicional, que para muchos es insuficiente. Al fin y al cabo, estar con una persona para el resto de nuestra vida puede resultar también chocante, pero es la manera en la que, de forma natural, la sociedad se ha construido.
Y es que el amor tampoco es un sentimiento que nazca de ciencia infusa, sino que se ha ido construyendo como constructo social durante siglos. Desde aquellos matrimonios por conveniencia hasta el amor romántico que se puede volver tan tóxico en muchos sentidos si no sabemos controlarlo, la imagen del amor también cambia. Existe hoy por hoy una mayor amplitud de miras para este tipo de relaciones, parejas alternativas que no se atienen a “lo de siempre”, sino que buscan su propia forma de entender la relación. Y esto es muchas veces más productivo y eficaz para ellos, al no tener que sentirse presionados por cumplir unas expectativas que claramente no han elegido, sino que vienen impuestas. Lo más importante es que entre las dos o más personas que conformen una relación haya siempre respeto, comunicación y consentimiento. Si todos están de acuerdo en llevar una relación abierta, por ejemplo, ¿qué problema hay con ello? Es así como cada vez estamos viendo que hay parejas que deciden abrirse sexualmente a experimentar con otras personas, a través del intercambio. Son los famosos swingers, una fantasía para muchos, una realidad contrastada para cada vez más parejas en todo el mundo.
Qué es una pareja swinger
Swinger es una palabra inglesa que podría traducirse como “intercambiador”. De hecho, las parejas swingers son reconocidas por llevar a cabo precisamente ese tipo de intercambios con otras parejas, para probar nuevas experiencias sexuales, sin que la relación se rompa. Estas relaciones swingers son, a nivel emocional y de convivencia, como la de cualquiera otra pareja. Sin embargo, ambas partes entienden que su deseo sexual por otras personas no debería ser coartado por la “fidelidad” tradicional dentro de una relación. De ahí que decidan conjuntamente realizar estos intercambios carnales con otras parejas, y a veces con personas solteras fuera de la relación, sin que eso signifique una infidelidad. Y es que al final, cuando la confianza llega a ese punto, la pareja puede salir fortalecida entendiendo que el sexo y el deseo van por un lado, y que todo lo necesario para que una relación se fortalezca va por otro.
Una fantasía muy representada en el porno
El ser humano es una de las pocas especies que se relacionan de por vida con otro individuo. Está claro que este tipo de relaciones fuertes y a largo plazo se dan para favorecer la supervivencia de la especie, a nivel de concepción y también de creación de un núcleo fuerte como es la familia. Sin embargo, hay personas que no se sienten del todo cómodas dentro de esa concepción tan habitual, la de estar con una sola persona para siempre, no solo de forma emocional sino también física y sexual. El ser humano tiene sus propios deseos y a veces es complicado no caer en ellos, aunque solo sea por probar algo diferente. De ahí que, a pesar de estar felices en nuestras relaciones y tener una vida sexual plena, nos interesamos carnalmente por otras personas.
Es algo que el porno ha explotado muchísimo, hasta convertirlo en una de las fantasías más habituales de muchos hombres. No sabemos qué fue primero, si la propia fantasía masculina o el empuje del porno para llevarla más allá, pero está claro que hoy por hoy son muchos los que sueñan con intercambios de pareja. Claro que si nos quedamos solo con la imagen que la industria del porno ofrece de este tipo de relaciones, vamos a quedar muy frustrados cuando lo intentemos en la realidad. Y es que al fin y al cabo, no todas las parejas swingers son capaces de entregarse al placer con extraños de una forma tan sencilla. Los sentimientos y las emociones también tienen mucho que ver en esto, y hay que estar muy seguro de lo que se hace antes de dejar al amor de nuestra vida en brazos de otra persona.
Cada vez más parejas la eligen
¿Por qué hay cada vez más parejas que prueban el intercambio sexual? Sencillamente, son muchos los que quieren disfrutar de esta experiencia para abrir su mente y dejar atrás viejos tabúes sexuales en torno a la pareja. En muchos casos, este tipo de intercambios ayudan también a solventar una crisis por rutina, o sirven, paradójicamente, para reavivar la llama entre dos personas que siguen queriéndose mucho, pero ya no son tan activos sexualmente. Es imposible, por más que amemos a alguien, no desear a otras personas a las que encontramos atractivas. De ahí que el intercambio sea cada vez una opción más utilizada y popular.
Tanto es así que incluso estas parejas cuentan con clubs propios donde encontrarse y poder conocerse personalmente. Cada gran ciudad tiene su propio club swinger, y en las capitales suele haber varios de ellos. Las parejas que realizan estos intercambios tienen un perfil muy variado. Desde los jóvenes de mente abierta que ya iniciaron la relación con la idea de hacer intercambios hasta los maduros que buscan nuevas experiencia después de décadas de matrimonio. Dentro del mundo swinger no hay límites para la edad, y tampoco para el sexo. Lo único que importa es ser respetuoso y mantener el consentimiento mutuo para todo lo que hagamos.
¿Algo habitual entre las estrellas del porno?
Ya hemos hecho referencia a la pornografía como industria imprescindible para entender el mundo swinger, en tanto que gracias al porno se ha podido llevar esta fantasía a muchas parejas. La pregunta que todos tienen es: ¿son también las estrellas del porno swingers? Técnicamente, el trabajo de estas actrices y actores es tener sexo con otras personas que no son su pareja. Sin embargo, al ser un trabajo profesional, este tipo de interacciones sexuales no cuentan, porque tampoco hay un intercambio real. Los swingers cambian de pareja entre ellos, al menos en la manera más popular de estas relaciones, no permiten que su pareja esté con otra persona mientras ellos esperan o miran, por ejemplo. Eso sería otro tipo de relación, como una pareja abierta o una pareja donde una de las dos partes disfruta siendo cornudo o cornuda, que también las hay.