Perseguir el blanqueo de capitales no solo es una obligación moral para el gobierno de cualquier país, sino también una forma para conseguir tirar del hilo. Cada día, en todo el mundo, el dinero negro, ilegal y fuera del sistema, se sigue moviendo a través de actividades ilícitas, para luego blanquearse de manera fraudulenta mediante negocios que sirven de tapaderas. Esto se lleva haciendo desde siempre, pero especialmente, a partir de los años 80, cuando el tráfico de drogas comenzó a hacerse mucho más intenso. Es, de hecho, ese tráfico el que genera más dinero negro, que luego es blanqueado a través de ciertos sistemas que, por supuesto, son perseguidos por ley.
El dinero negro es una gran preocupación para todos los gobiernos, no solo por no tributar y salir así del sistema de impuestos, sino también por el origen de esas ganancias ilícitas. En muchos casos, el dinero procede de trata de personas, tráfico de droga o incluso venta de armas, apoyando a ciertos grupos terroristas. De esa manera, encontrar empresas que blanquean dinero nos puede llevar al origen de ese dinero negro, normalmente relacionado con actividades ilícitas. A pesar de los esfuerzos que las autoridades llevan a cabo en todo el mundo, el blanqueo de capitales se sigue dando hoy por hoy como una actividad habitual.
Las leyes son muy claras sobre esto, y las sanciones pueden ser bastante altas, conllevando penas de cárcel. Sin embargo, parece que la posible ganancia siempre supera al riesgo, y cada año son muchos los empresarios que acaban apresados por este motivo. En este artículo queremos conocer de cerca lo que significa el blanqueo de capitales, y sobre todo, cómo la ley trata de frenarlo. Conocer estos conceptos nos ayudarán a entender por qué este tipo de delitos se siguen cometiendo hoy en día, y cómo prevenirlos para no ser partícipes de ellos, incluso de forma involuntaria.
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