En conjunto, el aumento de la participación ha producido un impacto más o menos homogéneo en casi todas las fuerzas política
Uno de los grandes “clásicos” de la política catalana, y tema estudiado en todos los manuales de ciencia política en que aparece nuestro país, es el de la abstención diferencial. Este fenómeno se refiere a los patrones diferenciales de participación en función de los diferentes tipos de elección, es decir, al hecho que haya personas que voten en unas elecciones, pero se abstengan en otras. Tradicionalmente, la participación ha sido más baja en el Parlamento de Cataluña que en las elecciones generales. Este patrón traía muchos analistas a argumentar dos cuestiones: en primer lugar, una participación baja –decían– permitía obtener la victoria a los partidos nacionalistas, dado que las personas que se quedaban en casa tenían un perfil alejado de estos partidos. En segundo lugar, si la participación subiera tanto como en unas elecciones generales, estos perfiles conseguirían tumbar la dinámica tradicional y dar la victoria a partidos de ámbito estatal –y más singularmente, seguía el argumento, al PSC.
El 27-S registró una participación récord en todo Cataluña: más del 77% del censo fue a votar. Se trata de una cifra que sólo se ha visto superada en dos ocasiones en unas generales: en 1977 votaron el 79% de catalanes, y en 1982, más del 80%.
El año 2010 ya puso en entredicho que el aumento de la participación beneficiara sólo los partidos no independentistas. Pero cómo que el incremento de participación de este domingo ha sido sustancial, conviene preguntarse el mismo. A quien ha beneficiado la participación?
Ciutadans y la minoría silenciosa
Una primera relación, hecho por algunos opinadors, es que allá donde la movilización es más intensa, C’s ha sacado un beneficio electoral. Los resultados de este domingo a nivel de sección censal, pero, no esclarecen del todo esta cuestión. A pesar de que hay una ligera tendencia positiva –un poco más alta en la provincia de Barcelona–, la relación no es muy fuerte. Es decir, C’s ha crecido allá donde la participación subía más, pero también lo ha hecho allá donde la movilización era inferior.
Tampoco parecen beneficiarse los soberanistas
La masiva movilización de domingo tampoco parece que beneficiara particularmente Juntos por el Sí. Allá donde la participación aumentó más, la coalición no recogió más apoyos que los que recibieron CiU y ERC en 2012. El efecto contrario tampoco se produce. En cuanto a la CUP, el efecto es también muy parecido.
Con todo, los primeros resultados por sección censal, conjuntamente con un vistazo a la distribución del voto por el país, parece indicar que la participación ha subido más en aquellas zonas urbanas de la periferia que acostumbraban a participar menos. Sin embargo, la movilización también ha sido intensa en otros rincones del país. Esto hace que, en conjunto, el aumento de la participación haya producido un impacto más o menos homogéneo en casi todas las fuerzas políticas.
Nota metodológica: Cada punto de los gráficos representa una sección censal. La línea azul representa una línea ajustada derivada de una regresión local (locally weighted scatterplot smoothing o LOESS). Las bandas grises representan los intervalos de confianza (95%) respectivos.
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